Llevo tantos años en internet que ya las he padecido a todas, desde los gloriosos gif animados con publicidad hasta las nuevas animaciones flash que invitan a hacer clicks perniciosos a cambio de recompensas de lo mas variadas, desde tratar de hacerle un gol a un arquero de poca monta hasta convertir tu teléfono celular en un tomógrafo axial computado.

De todas las que han ido pasando –y no me quiero ni imaginar las que vendrán, holográficas o en 3D y que te saluden por tu nombre de pila– si hay un tipo de publicidad a la que hay que darle el premio consuelo a la «Mejor persistencia adaptada», Adsense –la publicidad de Google– se lleva todos los laureles, la estatuilla de poliuretano expandido bañada en oro y el botellón de champagne.

Ha sabido hacerse un lugarcito en nuestros corazones –los que la aman por que sacan un mango de ahí, los que la odian por que está en todos lados, los que al verla en funcionamiento por primera vez en nuestro blog sentimos ese cosquilleo adolescente en la panza que te da cuando te enamorás por primera y única vez y que con el pulso tembloroso y el corazón acelerado accedemos cada tanto desde su panel de control para verificar: ¿Llegaré a sacar como para renovar el dominio y el hosting?– y para bien o para mal, es omnipresente.

No importa la calaña del emprendimiento, si se trata de un emprendimiento personal, Adsense de Google está siempre ahí, al pié del cañón, intentando vendernos algo, siempre la misma ristra de enlaces, nunca cambia, es el Highlander de las publicidades, no envejece con el paso de los años y esto es loable.

Desde que me propuse poner Adsense en este, mi primer Blog, al momento en que lo tuve funcionando pasaron muchos meses. Meses de poca prueba y mucho error, de tratar de entender de que iba todo el asunto, de leer las políticas de uso aceptable del programa de afiliados de pé a pá, de casos de éxito –¿Por que nadie habla de casos de fracaso?-, de leer las guias de optimización propietarias y de terceros (aveces en discordia), de zonas «calientes», tipos de anuncios, paletas de colores recomendadas, de si resaltar o mezclar y de terminología críptica tipo CTR, CPC y RPM…

Armado con todo ese arsenal, aquí me tienen: Malditonerd.com tiene adsense hasta por los codos. Chorrea Adsense. Si bien francamente ha superado mis expectativas ampliamente –que con que me pague el hosting y la renovación del dominio me alcanzaba pero al paso que voy me va a sobrar como para pagarme también el café que me tomo cada vez que siento a escribir y hasta quien sabe, quizás un Fernet los fines de semana– analizando fríamente el por que uno obtiene un click cada mil visitantes, creo que el problema es esa especie de «callo» visual que se nos forma en el cerebro de tanto ver Adsense por todos lados.

Me explico: Raspá siempre el mismo dedo, todos los días N cantidad de veces contra una superficie rugosa y se te va a formar hiperqueratosis (un callo) que al cabo de unos pocos días hará que ya no te duela y después de un par de años hará que puedas gastar la superficie rugosa usando como herramienta únicamente el callo de tu dedo.

Es como los que practican artes marciales toda su vida, que tienen huesos de titanio o como los grillos en verano que llega un punto en que ya no los escuchás mas, o como el rítmico tic-tac del reloj a cuerda de la casa de tu abuelita que te quita el sueño hasta que el cerebro se acostumbra.

O como vivir en Córdoba, suena cuarteto en todos lados, todo el tiempo, siempre. Después de unos meses se vuelve natural, te deja de molestar no por que deje de estar ahí, si no por que tu cerebro de tanto machacarle desarrolla un firewall a medida, bloquea los puertos necesarios, el cuarteto está ahí rompiendo los huevos siempre pero si nadie te lo menciona ni cuenta te dabas, tu cerebro le hace un -j DROP y solucionado el problema.

Creo que con Adsense pasa exactamente lo mismo. Yo al menos, puedo distinguir una publicidad de Google en medio de un tupido bloque de texto en medio nanosegundo sin que me interrumpa la lectura y salteármela limpita como si nunca hubiera estado ahí y esto es lo que le debe pasar al 90% del público.

Debe ser por esto mismo que cada vez con mas frecuencia veo que se muestra en los bloques de publicidad de Adsense anuncios de tipo gráfico en lugar de los clásicos que contienen únicamente texto y a su vez, cada vez mas se ven en estos anuncios gráficos publicidades animadas. Estas publicidades animadas a su vez, cada vez con colores mas chillones. Las de colores mas chillones a su vez, cuando no son de Google, cada tanto te hacen pegar un salto de la silla por que vienen con sonido y en medio del silencio pegan un alarido escalofriante para promocionar la última película de terror. Un susto del que si te agarra desprevenido y con el volumen alto cuesta recuperarse.

Sinceramente, cuando hago click en una publicidad de Google –y lo hago con bastante frecuencia, varias veces al día de hecho-, lo hago para sentirme un poquito «Robin Hood» digital. Voy por la vida fomentando económicamente a sitios que creo que valen la pena y visito con frecuencia. Muy de vez en cuando, puede que la publicidad a la que clickeé además me interese por X motivo, pero casi nunca.

¿No les pasa esto de no ver mas Adsense?

Zonas calientes las pelotas, (que me disculpen los que estudiaron diseño gráfico durante años).

Yo como siempre llego tarde a todos lados, llegué tarde también a Adsense, llego cuando el publico está totalmente insensibilizado y tiene un callo cerebral de keblar. ¡Así no voy a poder cambiar el auto nunca carajo!