Otro título sugerido: Como darle un nerdgasmo a un nerd.

Hace un tiempo me despaché con un artículo que resume un poco como me siento cada vez que me pasa esto, intitulado: «Que bueno que puse un blog«. Podés ir a leerlo y volver a seguir leyendo esto. También podés ir a leerlo y no volver nunca, para dedicarle el resto de tu tiempo libre a escribir tu propio blog. Nunca me voy a enterar.

Mi útlimo post, hacía oportunamente referencia a que Google Reader no va mas y que alcancé a hacer un backup en formato XML de las subscripciones, y que ese backup me lo iba a perder en el culo. No sabía que hacer con el, ni le iba a dedicar mucho tiempo tampoco a averiguarlo.

Mi plan era perfecto: Esperaría a que la estampida pase y una vez que se hubiera dispado el polvo en suspensión, iba a seguirle el rastro a la huella mas gruesa para terminar usando lo que fuera que estuviera usando todo el mundo como Feed Reader. Que prueben los demás y pierdan tiempo, yo estoy muy ocupado viviendo.

 

Pero por suerte, puse un blog: El hilachento, el que estás leyendo en este preciso instante. El que tiene el mismo encabezado de mierda y colores feos desde hace cuatro años. El que nunca tuvo un logo decente ni parece que lo vaya a tener a corto plazo y aún así se las ingenia para darme estas satisfacciones.

Cuando alguien deja un comentario, a mi me llega un mail. Así siempre estoy al corriente de lo que me escriben ustedes, los lectores, y si no lo contesto inmediatamente es por que me guardo la respuesta para momentos como el de ahora, donde puedo sentarme a dedicarle unos minutos con tranquilidad.

Cuando alguien deja un comentario que podría ser spam, nunca me llega un mail y el comentario queda pendiente de moderación. Así fué como entre los comentarios del post «Adios, mundo cruel«, marcado como spam y esperando a que yo haga algo al respecto, me encontré con que «Anónimo» me dejó un mensajito salvador:

«Tu salvación se llama Tiny Tiny RSS
Eso si eres de tener todo en tu propio server!!»

 

¡Gracias anónimo!

Mi salvación fué haber puesto un blog alguna vez y que aparecieras vos a mostrarme la punta del ovillo.

 

Me picó la curiosidad, como siempre. Cinco minutos mas tarde ya había leído en la página web oficial que Tiny Tiny RSS Reader es exactamente lo que necesito.
Diez minutos mas tarde ya estaba jugando, haciendo pruebas, importando aquel backup de Google Reader que creí me iba a meter en el culo e instalando el cliente para Android en mi teléfono.

Un par de horas mas tarde, acá me tienen, dando las gracias.

Tiny Tiny RSS Reader no es para cualquiera, sin ánimo de ofender ni jactándome de nada. Simplemente no es para el usuario de a pié. Es un RSS Reader que corre en la nube. Necesitás acceso a un Web Server que cumpla ciertos requisitos muy básicos y esto no toda la gente lo tiene.

La instalación es la de siempre, la misma de cualquier aplicación basada en php/MySQL o PostgreSQL. Subís los archivos, hacés una base de datos, configurás la conexión y play. No voy a dedicarle nada de tiempo al asunto siendo que ya está debidamente documentado.

La configuración no podría ser mas simple. El instalador hace todo por vos, se configura todo solo y la interface está tan bien hecha y llena de Ajax que bien podría confundirse con una aplicación corriendo localmente.

La importación del archivo OPML con el backup de Google Reader, straightforward. Todo coser y cantar.

El cliente oficial para Android que me instalé parece ser trial por 7 días. No me molestaría pagarlo. Lo voy a estudiar un poco mas. Se lo nota livianito, fácil de usar y de leer.

¿Tenés tu propio server o espacio en donde alojar? Entonces probalo. No podría estar mas contento con el resultado y espero que a vos te pase lo mismo.

No, hoy no hay how-to, ni tips, ni nada de eso a lo que te tengo mal acostumbrado. Hoy solamente quería darte las gracias.