Te das cuenta que estás viejo cuando te descubrís a vos mismo mirándole con fines de lucro la mano izquierda a una mujer a ver si tiene puesta la alianza de casamiento.
De mi autoría
Te das cuenta que estás viejo cuando te descubrís a vos mismo mirándole con fines de lucro la mano izquierda a una mujer a ver si tiene puesta la alianza de casamiento.
De mi autoría
Son los momentos como este los que me llevan a replantearme completamente si estaré haciendo bien en ingresar todos mis datos personales reales en ciertas plataformas online.
Hasta antes de las redes sociales e inclusive hoy en día siempre intenté moverme en internet usando seudónimos, en el anonimato, inventando fechas de nacimiento, números de DNI y nombres de pila a sabiendas de que cuanto mas anónimo, mas seguro, y no es que yo sea un paranoico, es que me están siguiendo.
Con el advenimiento de las redes sociales, como que perdí un poco esa aversión. Un día junté coraje y me hice una cuenta, con nombre, apellido, número de teléfono y nombre de mi primer mascota reales.
Hoy cumplo un flamante día como usuario de la prestadora Argentina de telefonía celular «Personal» de la cual en los 13 o 14 años –si no es que me estoy quedando corto– que hace que tengo una línea de este tipo, no había oído mas que puteadas, a diestra, a siniestra, a los hijos de puta estos que no hace mas que meternos el dedo en el orto, a sus madres, sus vacas, alguna que otra lora y un largo etcétera.
Puede –y acá abro un paréntesis para enfatizar-, PUEDE que me esté equivocando, puede también que no pero hoy, después de solamente un día de uso, estoy asustado.
Mi primera impresión fué grata. Obnubilado por animaciones flash llamativas, hipervínculos bien acomodados en donde uno esperaría encontrarlos e información bien detallada, se me pasó por alto un «pequeño» detalle: Todas las URLS terminan con un infame .aspx
No me hubiera dado cuenta probablemente hasta no transcurridos un par de días y de haberme dado cuenta seguramente hubiera pensado algo así como «Una compañia así de importante hace las cosas bien, tiene mis datos asegurados, diferencia con claridad el entorno de desarrollo con el de testing, tiene todo parchado, puedo dormir tranquilo».
Tuvo a mal el destino que fuera yo a hacer click en «Mis números amigos» dentro del panel de autogestión de mi flamante línea para que me encontrara con esto:
Ahora no se que me da mas miedo. Si el hecho de pensar que quizás Personal no me conviene por que no hace bien las cosas o el hecho de estar seguro de que Personal no hace bien las cosas por que depende de servidores basados en Windows para servir contenido y que por consiguiente, no me conviene.
Alguno que lleve mas de un día usando Personal: ¿Se cae seguido o soy yo el que está signado por la mala estrella, que donde pone el ojo, pone el dedo y donde pone el dedo los servidores colapsan miserablemente?
…Desarrollas una conciencia global instantánea, una orientación hacia las personas, una intensa insatisfacción con el estado del mundo, y la obligación de hacer algo al respecto. Desde ahí, en la luna, la política internacional parece tan pequeña que deseas tomar a un político del pescuezo, arrastrarlo un cuarto de millón de millas y decir: «Mira eso, hijo de puta»
– Edgard Mitchell – Astronauta del Apollo 14
Lo ví en Boing Boing.
«Lo mismo que todas las noches Pinky… ¡Tratar de conquistar el mundo!»
Cerebro
Hoy intentando quitarme un poco lo azno en lo que respecta a toda esta cosa nueva de las redes sociales, me dí cuenta de que todos se quieren amigar con todos. Todos quieren interactuar entre sí y cuando no quieren, hay un usuario interesado en que así sea que se sentó a programar y es por eso que existen plugins y aplicaciones externas que te permiten conectar una cosa con otra con lo que el resultado final es el mismo: Todo se conecta con todo.
Mi plan es perfecto. Secuestraré internet y pediré un rescate.
Cuando menos se lo esperen, montado en un caballo de fuego y al son atronador del aterrorizante galopar, bajará del cielo el cuarto jinete del apocalipsis: Un post mío que desencadenará el fin de los tiempos (Ojo, si hay buen dinero de por medio, puede que no pase de un buen susto, pero desde ya les voy avisando: Soy caro).
¿Como?
Simple: Conectaré mi Blog con mi Facebook, Google Plus y Twitter. Mi Facebook con mi Google Plus, mi Twitter y mi Blog, mi Google Plus con mi Twitter, mi Facebook y mi Blog y por último mi Twitter con todos los anteriores.
El post será simple. A modo de título un simple: «Puto el que lee» y a modo de contenido una cuenta en paypal en donde recibiré donaciones de los interesados en conservar el modelo de sociedad capitalista tal y como lo conocemos.
Mi post se replicará automáticamente desde el Blog a las tres redes sociales en simultáneo y viceversa. Al cabo de 10 iteraciones los modelos matemáticos predicen que el el daño ya estará hecho, Armageddon un poroto.
En unos pocos minutos estaré generando millones de post automatizados entre redes sociales, que se cagarán a boyos entre sí tratando de mantenerse en pié y forzarán a los gigantes de internet a escalar el ancho de banda de sus servidores en su afán de caer últimos.
Al cabo de un día todos los grandes habrán colapsado ante mi avasallante «Puto el que lee» y al cabo de dos días, si ya recaudé lo suficiente como para pagar mes adelantado y mes de depósito de un monoambiente mas cerca del laburo, puede que ingrese a alguna de mis cuentas –también puede que no-, desactive los conectores sociales y me siente a ver como la plebe me besa los pies.
Autodenegación Social de servicio. ¡Tiemblen, mortales!
Tiene que funcionar, ¿No?