Facebook, el mejor invento del hombre después de la rueda, hamachi y la crema de afeitar.

Facebook, el mejor invento del hombre después de la rueda, hamachi y la crema de afeitar.

Hoy tuve un buen día. Volvía a casa colgado de la manija del tren encastrado a presión entre 4 pares de tetas, 30% dormitando, 10% mirando un culo y 60% intentando con la mano libre leer mails en el teléfono en la medida que las tetas me lo permitían.

Así da gusto, sumido en esa especie de sopor tibio, mullido y perfumado, mientras me imaginaba separando a los trompadones los mails que me llegan cada vez que uno de ustedes pone un comentario en el blog de la horda de spam okupa que invadía la que hasta hacía solamente media hora era mi pristina bandeja de entrada.

Leía en definitiva que el último artículo que escribí tuvo buena aceptación y muchos aportaron su granito de arena para desaznarme. Como últimamente vengo teniendo buen feedback –y no seas mal pensado, hablo de los que comentarios que me dejan en el blog– se me ocurrió plantearles otra de esas preguntas para que nos retro-alimentemos todos.

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Bajo el título de «Finísimo, de salón» me acaba de llegar por mail esto que copio y pego a continuación:

Una pareja gay viajaba en un avión. Uno de los dos confiesa a su enamorado una fantasía de siempre: Tener sexo en las alturas.

-Imposible, el avión viaja lleno, dice el otro.

El primero insiste:
-¡Pero si van todos durmiendo, inclusive la tripulación!

Para probar que era verdad, se levanta y pregunta:
-¿Alguien de ustedes tiene un pañuelo?

Silencio total, ninguna respuesta.
El novio entonces se convence y bastante excitado con la idea, arrebata del brazo hacia sí a su amado y tienen sexo desenfrenado en silencio.

45 minutos mas tarde y 5 filas de asientos mas atrás, un pasajero se despierta ante un incesante castañear de dientes y descubre al viejito que venía sentado a su lado temblando.

-¿Se siente bien? ¿Le pasa algo?
-No, nada. Estoy temblando de frío por el aire acondicionado.
-Pero abuelo, puede pedirle una manta a las azafatas
-Ni loco. Mas temprano un tipo pidió un pañuelito y le rompieron el culo, imaginate si llego a pedir una manta…

Cada tanto mi madre me pide en el medio de una conversación sobre cualquier otro tema y como quien no quiere la cosa:

«Ah, y vaciame un poco el Hotmail que se me está llenando de nuevo.»

Lo cual traducido del idioma de la gente mayor de 60 al mío quiere decir:

«Recibo 48 Hs lineales de presentaciones en powerpoint cada 24 Hs, no me alcanzarían dos vidas para poder ver la cantidad de mierda que me mandan mis amistades así que por favor, borrá todo lo que sea irrelevante, es decir, borrá los últimos 7300 mails, que queden solo los únicos 3 mails que hay en medio de todo eso con resúmenes de tarjetas de crédito y facturas electrónicas a pagar».

No, Hotmail no estaba ni cerca de llegar al límite de capacidad pero recibe tantas cadenas de emails reenviados, mayoritariamente de amigas de su misma edad, que llega un punto en que le es imposible de usar por que por falta de esa agilidad innata que tenemos las generaciones posteriores para navegar interfaces llenas de información en pantalla, pierde muchísimo tiempo intentando encontrar lo que busca.

Como llevo haciendo este trabajito –cada vez con mas frecuencia en la medida en que mas viejas van conectándose a internet– desde el año 2003 aproximadamente, hoy en día no me toma mas que unos 15 minutos hacer limpieza.

Al ojo entrenado salta fácilmente. Si tiene un «FWD:» precediendo al título, se borra.

Cada tanto a su vez, en el vistazo rápido que le doy a toda la pantalla antes de hacer click en eliminar encuentro un título que me llama la atención y le hago click para ver de que se trata.

Hoy haciendo la limpieza mensual la cuenta, me encontré con esto:

A ver si adivinan: ¿Destino o Photoshop?

A ver si adivinan: ¿Destino o Photoshop?

En el mail venía esa foto, hablando maravillas sobre el destino, dioses que escribieron toda nuestra vida antes de nacer, sobre cuantas veces nos habremos cruzado por la calle con el amor de nuestras vidas sin reconocerlo realmente (yo me cruzo con ella una vez cada 5 minutos y la reconozco inmediatamente, sobre todo en primavera y sin haber tenido que mirar jamás mi sombra), de como la vida nos da señales a las que no le prestamos atención y no se cuantas cursilerías mas.

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Puedo reconocer las composiciones de Arjona al tercer compás. Al que esté medio puesto en esto de la música seguramente le pasará lo mismo, por que así como repite siempre los mismos clichés a la hora de escribir, (usar blues como sinónimo de tristeza y chantaje en lugar de trampa o mentira, por eso de que los versos tienen que rimar) a la hora de componer las melodías y sobre todo en el orden en que va encastrando un acorde con otro, se ha vuelto MUY repetitivo, hasta predecible. Puede uno inclusive tocar cualquier canción de Arjona sobre la marcha, sin siquiera haberla escuchado nunca con un margen de error mínimo.

Hoy como tantas veces estaba tomando un café en un bar cuando de fondo y a mis espaldas empezó a sonar una canción. No la había escuchado nunca pero reconocí la melodía como de Arjona instantáneamente. Se me debarató la teoría cuando en lugar de escucharlo al tipo cantar empezó a sonar la voz de esta mujer, entre bossa y blusera a la misma vez. Como vieja y carraspeante pero a la vez juvenil, hipnotizante. Me fué imposible de discernir la edad y tuve que girar la cabeza para ver de que se trataba.

A riesgo de que me tilden de de todo un poco menos de macho, sobre todo después de haber hecho pública mi playlist para manejar un Cadillac les tiro por la cabeza esta canción, la que sonaba en ese bar y me encantó:

[youtube width=»640″ height=»344″]http://www.youtube.com/watch?v=I9cCPQVPv8o&ob=av2e[/youtube]

Ricardo Arjona y Gaby Moreno – Fuiste tú | 5 minutos en Youtube

¿Quién es esta Gaby Moreno que apareció de la nada a salvarle las papas a la canción de Arjona y viceversa?

Siempre dije que si antes de nacer el que no existe me hubiera ofrecido 30Cm, la facha de Brad Pitt o la voz de Freddie Mercury, elegía la última. Sinceramente, las buenas voces me pueden.

Aveces extraño las épocas en donde no me leía nadie.