«Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia»
Arthur C. Clarke
De los 7 u 8 años tengo pocos recuerdos nítidos y son siempre momentos de esos que uno no se olvida por que fueron tan significativos que lo marcan a uno a fuego: La primera vergüenza en público, el primer golpazo, la primera pelea de puños, ¿el primer beso para algunos?, etc, etc.
Hoy me dejó meditando al respecto el video que publico mas adelante por que es uno de esos recuerdos tan vívidos, tan nítidos que hasta me acuerdo de los olores y me lo cinceló en el cerebro la primera vez que ví un módem funcionando.
Como mucho debo haber tenido 8 años cuando conocí por dentro el «centro de cómputos». Así se llamaba un lugar en donde convergían todas las tarjetas perforadas de las jugadas de quiniela de la ciudad y pueblos aledaños para que una «computadora» los «computara» y enviara toda esa información hasta la casa central en la capital de la provincia.
Le debo haber caído muy bien a los que trabajaban ahí o debo haber tenido cara de nerd desde siempre por que uno de los empleados del lugar a modo de mini-tour me llevó a recorrer las instalaciones –plagadas de Commodore 128 entre otro tantos artefactos electrónicos que fuí incapaz de reconocer– y de entre todas las cosas que me mostraba, no me olvido mas, me mostró «el módem».