Cada tanto mi madre me pide en el medio de una conversación sobre cualquier otro tema y como quien no quiere la cosa:
«Ah, y vaciame un poco el Hotmail que se me está llenando de nuevo.»
Lo cual traducido del idioma de la gente mayor de 60 al mío quiere decir:
– «Recibo 48 Hs lineales de presentaciones en powerpoint cada 24 Hs, no me alcanzarían dos vidas para poder ver la cantidad de mierda que me mandan mis amistades así que por favor, borrá todo lo que sea irrelevante, es decir, borrá los últimos 7300 mails, que queden solo los únicos 3 mails que hay en medio de todo eso con resúmenes de tarjetas de crédito y facturas electrónicas a pagar».
No, Hotmail no estaba ni cerca de llegar al límite de capacidad pero recibe tantas cadenas de emails reenviados, mayoritariamente de amigas de su misma edad, que llega un punto en que le es imposible de usar por que por falta de esa agilidad innata que tenemos las generaciones posteriores para navegar interfaces llenas de información en pantalla, pierde muchísimo tiempo intentando encontrar lo que busca.
Como llevo haciendo este trabajito –cada vez con mas frecuencia en la medida en que mas viejas van conectándose a internet– desde el año 2003 aproximadamente, hoy en día no me toma mas que unos 15 minutos hacer limpieza.
Al ojo entrenado salta fácilmente. Si tiene un «FWD:» precediendo al título, se borra.
Cada tanto a su vez, en el vistazo rápido que le doy a toda la pantalla antes de hacer click en eliminar encuentro un título que me llama la atención y le hago click para ver de que se trata.
Hoy haciendo la limpieza mensual la cuenta, me encontré con esto:
A ver si adivinan: ¿Destino o Photoshop?
En el mail venía esa foto, hablando maravillas sobre el destino, dioses que escribieron toda nuestra vida antes de nacer, sobre cuantas veces nos habremos cruzado por la calle con el amor de nuestras vidas sin reconocerlo realmente (yo me cruzo con ella una vez cada 5 minutos y la reconozco inmediatamente, sobre todo en primavera y sin haber tenido que mirar jamás mi sombra), de como la vida nos da señales a las que no le prestamos atención y no se cuantas cursilerías mas.
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