Todo esto del almacenamiento online me traía sin cuidado hasta que Google me tiró con Picasa por la cabeza. Con los años, la desconfianza que me inspira semejante monopolio hizo que todas, pero todas mis fotos, actualmente estén alojadas en todas mis PC, y en Picasa.
Por contradictorio que suene, estoy seguro que podría cumplirse la profecía maya e irse todo al carajo este mismo año y aún cuando no quedara un solo mamífero en la faz de la tierra, los servidores de Google seguirán funcionando con todas mis fotos ahí dentro así que al carajo mi desconfianza, a falta de papel, buenos son los paneles solares que cargan las baterías de los grupos electrógenos que se encienden cuando las UPS de los servidores que tienen los discos rígidos super-redundantes con mis fotos se están por quedar sin suministro eléctrico y eso es lo único que quiero: Mis archivos seguros y accesibles, siempre.
Como sea, no pienso usar Google drive para nada por que el primer uso que se me viene a la cabeza implica cederle todos los derechos sobre el contenido de los mismos a Google sin lugar a réplica y no lo necesito. Para eso tengo algunos servidorcitos dispersos que uso a modo de «nube personal», pero si no es tu caso, seguramente estas son buenas noticias para vos:
El primer cliente –que ví hasta ahora, al menos– de Google Drive para Linux.
Se supone que en algún momento todo este artículo será obsoleto, al menos desde Google se la tienen jurada, no tengo dudas. Mientras eso pasa y si sos tan desesperado como Tom Dingan, podés hacer todo un despelote de la san puta que incluye hasta tener que crear tu propia aplicación para la App-Store de android (si no lo hacés, después el cliente para Linux te devuelve un bonito 403) y ser el feliz propietario de un script hecho en python que te permite subir y bajar cosas a tu drive…
No gracias, recién tiro.
Una mierda, si, pero esperen un par de días mas y ya aparecerá algún cliente que soporte filesystem in userspace, un par de semanas y alguien programará un frontend en Qt con botoncitos redondeados y cuando quieras acordar, además del cliente oficial que seguramente funcionará a la pseudo-perfección –¡Por el amor del que no existe, no vayan a portarlo con wine como hicieron con Picasa para Linux!– tendremos disponibles no menos de 20 otras variantes.
Anecdótico, ni dá para ponerse a hacer tan tedioso procedimiento, pero buenas noticias en definitiva para los que preferimos el lado oscuro de la fuerza.